La metahemoglobina es una forma anormal de la hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre. La metahemoglobina se forma cuando el hierro en la hemoglobina se oxida a un estado diferente al hierro ferroso presente en la hemoglobina normal.

En condiciones normales, una pequeña cantidad de metahemoglobina se produce naturalmente en el cuerpo y se convierte de nuevo en hemoglobina funcional mediante un proceso enzimático. Sin embargo, la presencia excesiva de metahemoglobina puede interferir en la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, lo que puede llevar a una condición llamada metahemoglobinemia.

La metahemoglobinemia puede ser adquirida, debido a la exposición a ciertos químicos, medicamentos, o bien puede ser hereditaria, debido a mutaciones genéticas que afectan las enzimas encargadas de convertir la metahemoglobina de regreso a hemoglobina funcional.

La prueba de metahemoglobina mide la cantidad de metahemoglobina en la sangre. Se realiza cuando hay sospechas de metahemoglobinemia debido a síntomas como piel azulada o cianosis, dificultad para respirar, fatiga o alteraciones en la frecuencia cardíaca y la presión arterial. El tratamiento puede variar según la causa y la gravedad de la condición e incluir la eliminación de la exposición a sustancias que la causen o el uso de tratamientos específicos según la causa subyacente.