Propósito: El análisis de cortisol se realiza para medir los niveles de esta hormona esteroide que se produce en las glándulas suprarrenales. Se utiliza para evaluar la función suprarrenal y diagnosticar trastornos como la enfermedad de Cushing o la insuficiencia suprarrenal.

Indicaciones comunes: Se solicita cuando hay sospecha de trastornos suprarrenales, síntomas como fatiga crónica, cambios de peso inexplicables, presión arterial alta o baja, entre otros.

Toma de muestra: Se puede recolectar saliva, sangre o orina para medir los niveles de cortisol. Las muestras de saliva generalmente se toman en casa o en el consultorio y las de sangre u orina se recolectan en el laboratorio.

Procedimiento:

Saliva: Se recolecta una muestra de saliva en un tubo estéril en un momento específico del día.
Sangre: Se extrae una muestra de sangre generalmente por venopunción.
Orina: Se recolecta orina durante un período de tiempo específico, generalmente 24 horas, en un recipiente proporcionado por el laboratorio.
Interpretación de resultados: Los niveles de cortisol pueden variar a lo largo del día, por lo que la interpretación se realiza considerando la hora de la toma de la muestra. Valores altos o bajos pueden indicar ciertas condiciones médicas.

Uso clínico: Los resultados del análisis de cortisol ayudan a diagnosticar trastornos de las glándulas suprarrenales, como la enfermedad de Cushing o la insuficiencia suprarrenal, y a monitorear la eficacia del tratamiento en esos casos.

Preparación previa: Dependiendo del tipo de muestra, puede requerirse cierta preparación, como evitar comer o beber ciertos líquidos antes de la toma de muestra de sangre.