Propósito: Detectar la presencia de bacterias u hongos en muestras tomadas de la secreción ocular para determinar el tratamiento adecuado.

Indicaciones comunes: Se realiza cuando hay síntomas de infección ocular, como enrojecimiento, picazón, secreción, dolor o inflamación.

Toma de muestra:

Se recolecta una muestra de la secreción ocular utilizando un hisopo estéril o una lámina especial de recolección de muestras.
La muestra se toma con cuidado para evitar la contaminación externa y se envía al laboratorio en condiciones estériles y lo más pronto posible para su análisis.
Procedimiento en el laboratorio:

Se siembra la muestra en medios de cultivo específicos para bacterias u hongos asociados comúnmente con infecciones oculares.
Se incuba la muestra a una temperatura y tiempo adecuados para fomentar el crecimiento microbiano.
Análisis microbiológico:

Se identifican los microorganismos presentes en la muestra mediante pruebas microbiológicas y técnicas de identificación.
Se realiza un antibiograma exponiendo los microorganismos a diferentes antibióticos o antifúngicos para determinar su sensibilidad o resistencia.
Interpretación de resultados:

Se emite un informe que detalla los microorganismos identificados, su concentración y su sensibilidad a los antibióticos probados.
Uso clínico: Los resultados ayudan al médico a seleccionar el tratamiento más adecuado para la infección ocular, garantizando una terapia más efectiva y específica para el tipo de microorganismo identificado.

Consideraciones: Es crucial tomar la muestra de manera aséptica para evitar contaminaciones. Además, seguir las indicaciones médicas asegura la precisión de los resultados y la efectividad del tratamiento.