Propósito: El análisis de Coombs Directo, también conocido como prueba de antiglobulina directa, se realiza para identificar la presencia de anticuerpos o complementos unidos a los glóbulos rojos en la sangre.

Indicaciones comunes: Se utiliza para diagnosticar y evaluar trastornos autoinmunes, enfermedades hemolíticas del recién nacido, reacciones transfusionales o condiciones donde los glóbulos rojos se destruyen anormalmente.

Toma de muestra: Se extrae una muestra de sangre del paciente, generalmente de una vena en el brazo. Esta muestra se coloca en un tubo de ensayo específico para análisis inmunohematológicos.

Procesamiento de la muestra: En el laboratorio, se mezclan los glóbulos rojos del paciente con reactivos que detectan anticuerpos o complementos que puedan estar unidos a estos. La presencia de estos elementos se detecta mediante técnicas de inmunohematología.

Interpretación de resultados: Los resultados pueden ser positivos (indicando la presencia de anticuerpos o complementos unidos a los glóbulos rojos) o negativos. Los resultados anormales pueden indicar trastornos autoinmunes, reacciones transfusionales, o enfermedades que afectan la destrucción anormal de glóbulos rojos.

Uso clínico: Los resultados del Coombs Directo son fundamentales para el diagnóstico y seguimiento de trastornos que afectan los glóbulos rojos y para determinar la causa de la anemia hemolítica o reacciones transfusionales.